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Cuando te encuentras mal acudes al médico para que te recete pastillas o algún medicamento y así mejore tu sintomatología. Pero, ¿a qué en ningún momento te han recetado terapia?

El siguiente debate es bastante controvertido. ¿Hasta qué punto lo que sucede por la mente puede ser paliado por las pastillas.? En algunos casos es necesario combinar ambos tratamientos. Veamos un poco más acerca del tema.

No todo «se cura» con pastillas

Es normal acudir al médico cuando sientes dolor de garganta, sientes molestias en el estómago o cualquier otra cosa. Te receta para aliviar estos síntomas, hagas reposo y en unos días estarás mejor.

Pero, también puedes acudir cuando sientes que no duermes bien, que estás mas estresada o estás más cansada de lo normal y sin ganas de nada. Te dice que lo más probable es que tengas ansiedad o depresión. A continuación te manda una serie de pastillas y que las tomes durante X tiempo. Y ya está.

Un parche que no va al problema.

Sin embargo, en estas situaciones en las que puedes tener ansiedad o depresión se infravaloran al darte una pastilla para tratarlo. No hay nadie que te acompañe en el proceso, que escuche por qué te encuentras de esta manera, entiendas mejor lo que te pasa o simplemente te acompañe en tu sentir. Ahí estás tú sola con tu pastilla diaria. Al principio notarás que estás mejor. Pero, conforme van pasando los meses, los síntomas siguen ahí. Sigues sintiéndote igual. Todo sigue igual. Básicamente porque nadie ha explorado junto a ti que es lo que ha provocado que te encuentres de esta manera.

Acudir a terapia da miedo

No obstante, es más sencillo y mejor visto siempre acudir al médico de familia que al psicólogo. Estigmas sociales, vergüenza y miedo a explorarse o que otra persona sepa tus cosas íntimas. Esto son algunos de los principales obstáculos a la hora de empezar un proceso terapéutico. Es más, se pueden resumir en:«estás loca», «es de débiles», «estás muy enferma de la cabeza», «tienes que poder con todo». Siendo estas solo algunas de las palabras y frases que se pueden oír cuando se toma la decisión de empezar un acompañamiento terapéutico.

Por otro lado, la incapacidad de poder acceder a estos procesos como son los medios económicos y los sistemas públicos de sanidad. Actualmente en nuestro país, la salud mental es un lujo. A nivel público es muy complicado poder acceder a estos servicios. Y si deseas o lo necesitas, tienes que buscarte la vida a través de seguros o lugares privados. Por lo que si no tienes muchos medios económicos se suele complicar.

Lo que se desconoce es que al consumir el medicamento no se va a la raíz del problema, los síntomas estarán ahí porque lo que los desencadena también sigue ahí

Por ello es mucho más sencillo acudir al médico y que te de la solución rápida. Ya que simplemente tienes que pagar por el medicamento a un precio accesible y problema solucionado.

Pastillas y terapia son compatibles

Aún así no es el fin del mundo. Combinar ambos tratamientos es posible y recomendable. En algunas circunstancias para poder trabajar durante el proceso terapéutico es necesario que la persona tome medicamentos. Simplemente para contribuir a este proceso, ayudar a reducir su sintomatología y así poder explorar que es lo que ha provocado esta situación.

Por lo que consumir pastillas ante un problema de salud mental no es malo

No obstante, se recetan pastillas en muchas ocasiones «porque sí». En España, el 11% de la población consume ansiolíticos. Eso supone que un promedio de 110 personas de 1.000 consume algún ansiolítico al día. Es decir, unas 5 millones de personas consumen ansiolíticos. Hay que tener en cuenta que muchos ansiolíticos se consumen para tratar problemas de insomnio principalmente. Aún así, ante la presencia de síntomas de insomnio también es necesario acudir al psicólogo. En ocasiones el insomnio es un síntoma derivado de una situación puntual de estrés que tal vez habría que abarcar porque no se está pudiendo manejar.

Por otro lado, personas que están en duelo también acuden a su médico de familia y cómo solución se les recetan antidepresivos. Una persona en duelo no está enferma. Lo que necesita es que le ayuden elaborar su duelo. No necesita medicación para poder «superar/curar» el duelo.

Los duelos no se superan, se elaboran

Conclusión

No hay nada de malo en consumir medicamentos para tratar alguna sintomatología relacionada con algún problema de salud mental. Sin embargo no es la solución definitiva. En ocasiones genera más problemas que soluciones. Si consumes medicación para ansiedad o depresión tal vez es el momento de plantearse acudir a acompañamiento terapéutico. Por que, como bien hemos remarcado: los medicamentos son solo un parche a lo que te provoca este malestar.

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