El miedo es una emoción que consideramos desagradable, muy intensa pero que a la vez ejerce una función de defensa. Es decir, nos advierte de que existe un peligro o situación que puede ser perjudicial o nocivo para nosotras.
Aunque tiene una función tan importante no nos gusta experimentar esta emoción. Sin embargo, puede que seas de ese tanto por ciento de personas que le gusta ver películas de miedo. Pero, ¿sabes por qué ocurre esto? Te lo contamos en un periquete. Sigue leyendo…
¿Experimentamos siempre el mismo tipo de miedo?
Sabemos que el miedo es una emoción que genera una gran cantidad de adrenalina y esta es la que llena nuestro cuerpo de energía. Esto ocurre ya sea cuando tenemos un peligro inminente cerca o no.
Sin embargo, la diferencia radica en que el miedo que se experimenta mientras se ve una película, serie, se lee o se juega a un videojuego de este género de terror, horror o como queramos llamarlo, no es el mismo que se experimenta ante un suceso que incita a sentir esta emoción.
¿Qué sucede cuando vemos algo de «miedo»?
La amígdala es esa estructura en nuestro cerebro que se encarga de advertir al cuerpo de que hay que huir, reaccionar. A su vez, la amígdala se comunica con el lóbulo frontal. Le manda información acerca de que existe un peligro inminente y hay que reaccionar ante el mismo. El lóbulo frontal analiza la información que le llega y da una respuesta para responder ante el suceso que ocurre.
Sin embargo, cuando se ve una película, la amígdala manda este mismo mensaje al lóbulo frontal diciéndole: «oye, esto da miedo». El lóbulo frontal recibe el mensaje, analiza el entorno y la posibilidad de ese peligro inminente y determina que no es real. Que no significa una verdadera amenaza por lo que no hay que huir.
Por otro lado, las respuestas que podemos realizar son: quitar la película, cerrar o taparnos los ojos, por ejemplo. De esta manera no vemos la amenaza y por tanto desaparece aliviándonos esta sensación tan desagradable.
Entonces, ¿por qué me gusta ver películas de terror?
La diferencia que a algunas personas les guste más que a otras disfrutar de este género radica en que:
- Se siente miedo de forma controlada. Es una emoción desagradable pero intensa.
- Se busca una evasión de la realidad.
- A veces incluso, superar el propio miedo.
- Nos gusta sentir la adrenalina. Cuando experimentamos esta emoción se libera adrenalina que llena el cuerpo de energía.
Sin embargo, a no todo el mundo le gusta sentir miedo por gusto
- No nos suele gustar experimentar emociones desagradables ya que suelen provocar malestar.
- Es característico de personas con baja tolerancia a la frustración, que no desean sufrir.
- Personas que no necesitan buscar sensaciones fuertes y emocionantes.
Por otro lado, existen ciertos factores que hacen que se sea más vulnerable como: tener mucha imaginación, nuestra capacidad empática, la edad, la actitud que presentamos ante hechos novedosos o los propios recuerdos en los que experimentamos esta emoción y que nos marcaron.
Y, ¿tú eres más de ver películas de miedo o de taparse los ojos cuando las ve?
¡Os leemos!
Escrito por: Leyre Villelga Márquez, Psicóloga especializada en Neuropsicología Clínica y Neuromarketing. Experta en Duelo. Terapeuta Psicoexpresiva.